Hermanos bajo la Bandera de la Fe La Bandera de Muhammad y Jesús y la Paz para la Humanidad
Viena, Austria
Marzo - Abril. 1993

En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso, el Señor de los Mundos.

Todas las bendiciones y saludos sean sobre Muhammad, y sus dos hermanos, Jesús y Moisés, y para todos los profetas y mensajeros que los siguen con benevolencia hasta el Día del Juicio.
Estoy agradecido a Dios por haberme permitido tener la oportunidad de estar en este encuentro con nuestros hermanos en fe, a los que hemos amado durante siglos. De hecho, aunque el Corán le fuese revelado a Muhammad, en él se nos ordena en muchas ocasiones en creer en todos los profetas y mensajeros, y en venerarlos y amarlos, particularmente a Jesús y Moisés. Siento que el Corán y el mensajero del Islam, Muhammad, nos enseñaron esto con énfasis, mostrándonos que todas las religiones son una y su objetivo es uno, traer la felicidad a la gente donde quieran que estén.
 Algunos de nosotros puede que sintamos esto como extraño y nos empeñemos en negarlo, y pueden decir que eso no son sino halagos. Pero, como sabéis, tanto el cristianismo como el Islam creen en la Unidad del Dios de la Creación, en el Días del Juicio, y en que obrar bien salvará al hombre de las cuentas que Dios le eche y entrará así en el Paraíso. Esto ha sido proclamado en el Corán y es a lo que llama el Islam:
"Aquellos que creen (en el Corán), y aquellos que siguen las escrituras judías y los cristianos, y los Sabeos, y quien crea en Dios y en el Último Día y haga el bien, serán recompensados por su Señor, sin tener ningún miedo ni nada que lamentar" (cor. 2:62)
Incluso, yendo más allá, el Corán tiene a los seguidores de los Libros Sagrados en gran estima, diciendo: "Y encontrarás que los más cercano en amor a los creyentes son aquellos que dicen 'somos cristianos', pues entre ellos hay hombres dedicados al conocimiento y hombres que han renunciado al mundo, y no son arrogantes" (cor. 5:85).
Y dice en otro sitio sobre los seguidores de los Libros Sagrados: "Y hay ciertamente en la Gente del Libro quienes creen en Dios, y en lo que te ha sido revelado, inclinándose con humildad ante su Señor. Ellos no venden los signos de Dios por un precio miserable. Para ellos hay una recompensa de su Señor, y Dios es justo ajustando cuentas" (cor. 3:199).
Y quien lea el Corán y tenga en cuenta la biografía de Muhammad y sus enseñanzas encontrará que el Islam defiende y ayuda a Jesucristo y a su mensaje, así como a todos los mensajeros de Dios y a sus mensajes. El Islam no ha venido para abrogarlos o destruirlos, sino para unificarlos y llamar a la creencia y a la acción de acuerdo con los Mensajeros de Dios. El Corán llama la atención a la gente de la Tora y del Evangelio, para que sigan sus libros sinceramente y denuncia a aquellos que se niegan a adherirse a ellos. Por ello el Corán dice: "Deja que la gente del Evangelio juzgue por lo Que Dios ha revelado en él. Y si fallan en juzgar por lo que Dios ha revelado, no son mejores que aquellos que se han revelado" (Cor. 5:50), y continua: "…¡Oh gente del Libro! No tenéis base sobre la que sustentaros excepto la Tora y el Evangelio, y las revelaciones que han venido desde vuestro Señor" (Cor. 5:71)
Ali, el cuarto califa que sucedió a Muhammad, les decía decir a los cristianos: "No os prohibimos seguir el cristianismo, sino que más bien os mandamos seguirlo".
Y esto mismo se les dice a aquellos musulmanes que no siguen las enseñanzas del Islam. El Corán dice: "Ni vuestros deseos ni los de las gentes del Libro (pueden prevalecer). Quien haga el mal, le serán pedidas cuentas de acuerdo con ello. No encontrará, más allá de Dios, ni protector ni ayuda. Si hace buenas obras, sea hombre o mujer y tiene fe, entrará en los cielos, y ninguna injusticia les rozará" (Cor. 4:123-124).
Las ordenes divinas anuncian a los creyentes de todas las religiones de sus responsabilidades individuales respeto del Creador del Hombre. No les ayudará de nada el tomar tal o cual religión, a no ser que la sigan de corazón y se esfuercen en seguir sus enseñanzas y órdenes en pensamiento, palabras y obras. Solo así lograrán la verdadera redención.
En el Corán, Dios le reprocha a los que dicen que creen y no lo apoyan con obras: "Los beduinos dicen, 'Creemos', pero no tenéis fe, debéis decir, 'sometemos nuestra voluntad a Dios', puesto que la fe no ha entrado en vuestros corazones" (Cor. 49:14).
Las religiones no son sino caminos para los verdaderos creyentes que los acercan a Dios, para iluminar sus almas con Su luz y sus mentes con Su sabiduría y Sus signos. Un poeta árabe cristiano escribió: "Doy testimonio por mi vida, que las religiones no son sino el ojo a través del cual el creyente ve a Dios".
El Islam hace énfasis en el hecho de que las religiones se perfeccionan unas a otras. Cuando un profeta viene, el afirma el mensaje de su predecesor y le añade más, para poder aumentar la felicidad del hombre, y dar buenas nuevas del profeta que vendrá tras de él. Esto está claro en el sura 21 del Corán, los Profetas, donde Dios narra las historias de las vidas y los esfuerzos para llamar a su gente hacia Él. Entre los mencionados están Lot, Noé, Salomón, David, Job, Jonás, Ismael, Jesús y Muhammad. En resumen, el propósito del Corán es el de mostrar que existe una unidad entre los miembros de la familia humana bajo el parasol de la creencia en Dios, el Todopoderoso, que dice: "Ciertamente, esta hermandad vuestra (de los profetas) es una sola Hermandad, y Yo soy vuestro Señor y Sustentador, así pues servidme a Mi (y no a otro)" (Cor. 21:92).
El Corán va más allá y dice: "Él os ha ordenado a vosotros la fe en lo que te reveló y lo que reveló a Noé y Abrahán, a Moisés y Jesús, diciendo, 'Observad la fe y no os separéis con respecto a ella'" (Cor. 42:13).
Muhammad señala que la construcción de la religión de la religión no estaría completa si cada profeta no hubiese añadido su piedra a este edificio. Faltaba una última piedra para completar este edificio, y Muhammad era esa última piedra. Por ello el crédito es colectivo de todos ellos y no solo de algunos en detrimento de otros.
El Islam vinoa unir ala familia humana, avocando a todos los profetas y mensajeros y sus mensajes, afirmando los derechos de los hombres, especialmente la libertad de creencia, abriendo las puertas para las gentes y las naciones de todo el mundo para acudir a ella. Por eso, deben creer en todos los profetas teniendo en mente que, cuando se cree en un nuevo profeta, no darán la espalda a sus propios profetas y mensajeros.
Así quien cree en Jesús mantiene esa creencia cuando cree en Muhammad. De esta manera solo descubrirá que su amor por Jesús incrementa más, pues se da cuenta que este amor es una de la obligaciones que Muhammad aconsejó seguir. Y por ello, ¿no deberían los cristianos y los judíos considerar al Islam y los musulmanes de igual manera?
El Islam no se para ahí. Acogió a los judíos y los cristianos en su hogar, que se extendía de China en oriente y Francia en el occidente. Fue el establecimiento de esta superpotencia del imperio islámico la que les garantizó lugares de adoración y su libertad de creencia. Durante este periodo en Damasco, había un tiempo en el que cristianos y musulmanes compartieron el mismo templo para adorar a Dios. Entraban por una sola puerta, y los musulmanes realizaban sus oraciones en el ala oriental y los cristianos en la occidental. Esta práctica continuó durante cincuenta años en la mezquita omeya, siendo usada como iglesia y mezquita al mismo tiempo.
Cualquier mirada objetiva demuestra claramente que más de un mil millones de personas del mundo pagano, adorando ídolos, si no hubiese sido por el Islam. Hoy en día esos musulmanes creen en Moisés y su Tora, en Jesús y su Evangelio, además de en Muhammad y sus enseñanzas. Mi pregunta es, ¿Cuál es la actitud que tienen los cristianos y los judíos ante el Islam, que convirtió a estas gentes del paganismo a la creencia que glorifican y veneran a todos los profetas, especialmente a Moisés y Jesús, sus libros celestiales y el Dios Único y Verdadero?
Otro ejemplo temprano de la relación en los cristianos y los musulmanes en la mezquita del Profeta Muhammad en Medina, cuando el Profeta recibió a una delegación de cristianos. La llegada de la delegación correspondió con la hora de la oración, y Muhammad les dejó usar la mezquita para que realizasen su servicio, con las objeciones de algunos de los compañeros.
Y la excelencia de la fe musulmana en Dios y Sus enseñanzas, es que el cuidado de la gente del libro es obligatoria, y tiene su ejemplo en la acción del gobernador de Homs, durante el Califato de Umar bin al-Jattab. Este gobernador, bajo los remordimientos de haber abusado de un cristiano bajo su mando, le dijo: ¡Que Dios me avergüence! Llevaré mi caso al Califa Umar. Su razón era que había considerado que su acción no era digna de un gobernador musulmán, porque su deber no era discriminar entre la gente, a pesar de sus diferencias de religión, raza, color y riqueza.
Otro ejemplo de esto es el castigo que impuso el Califa Umar ibn al-Jatab al hijo del gobernador de Egipto por golpear a un Cristiano Copto por una carera de caballos. El crimen del cristiano no fue otro que ganar la carrera. Y en el castigo del hijo Umar consideró que también era necesario castigar al gobernador por no haber inculcado a su hijo los valores de humildad, y haberle inculcado estos errores en la creencia que le permitieron actuar con injusticia, que le hicieron pensar que por la posición de su padre iba a escapar de la justicia. En repuesta al gobernador Umar hizo la siguiente afirmación: "¿Cómo puede ser que hagáis esclavos de aquellos que han nacido libres?".
En este respeto por los derechos del hombre donde un observador puede apreciar la benevolencia del Islam, tal como el cuidado de aquellos no musulmanes que son ancianos, dando fondos del tesoro público para conseguir su bienestar. Aún más, si estas gentes pierden sus medios de vida, el fondo público debe garantizarles medios hasta que se puedan mantener por si mismos. Sin embargo, este no es el lugar adecuado para describir todas las ayudas sociales que el estado islámico ofrece a los seguidores de otras religiones, a pesar de ser una minoría en este estado.
En área de las relaciones de los musulmanes y cristianos, aquellos que afirman que las guerras que tuvieron lugar entre los musulmanes y los cristianos fueron motivadas por la religión están cometiendo una gran injusticia. El Islam nunca ha dañado, oprimido o derramado de sangre por su orientación religiosa. De hecho, estas guerras han servido invariablemente de medio para satisfacer objetivos colonialistas y egoístas, de los cuales la religión es absolutamente inocente. Por el contrario, la historia ha demostrado como la liberación de las tierras de Oriente Próximo de los imperios Persas y Bizantino trajo la creencia a las gentes que gobernaban, especialmente a los cristianos que estaban expuestos a una gran opresión bajo los gobiernos cristianos. Estos gobiernos forzaban su propia versión del cristianismo ortodoxo. Y por ello los cristianos ortodoxos nunca se sentían seguros ni felices, excepto cuando estuvieron bajo la protección del Islam. Durante el periodo Abasí, la protección se extendió sobre quince mil iglesias cristianas, tanto ortodoxas como no ortodoxas. Este ejemplo demuestra como el Islam respeta y honra a los adherentes de todas la religiones, especialmente a aquellos que siguen a Moisés y Jesús.
Quien quiera que examine las oraciones que son realizadas por los musulmanes cinco veces al día, y escuche la recitación del Corán, verá ciertamente que es como si se estuviese recitando la Tora o el Evangelio, pues en Corán se mencionan las historias de los profetas y sus enseñanzas divinas.
¿Es, por lo tanto, admisible que se le acuse al Islam de ser una religión basada en la opresión el la desigualdad y la injusticia? Dios describe la misión profética de Muhammad en el Corán de la siguiente manera: "No te hemos enviado sino como misericordia para los mundos" (cor. 21:107).
Puede que alguno se pregunte que es lo que requiere el Islam de los cristianos actuales. Contestaré que: La cristiandad esta dividida en muchas sectas. En la segunda parte del siglo veinte ha habido un gran movimiento ecuménico a favor de la armonización de todas ellas a pesar de sus diferencias religiosas. ¿No es posible, entonces, invitar al Islam a unirse a este movimiento como un miembro con plena consideración, puesto que venera a Jesús y su madre, y que lo respeta reconociéndolo como la palabra de Dios que fue depositada en Maria?
La sabiduría de Dios y Sus palabras, de acuerdo con el Islam, es el conocimiento que Dios revela a Sus siervos creyentes, y que hace que se transformen en sus palabras y acciones. El Corán dice: "Decid:'Si el océano fuese tinta (para escribir) las palabras de mi Señor, pronto estaría exhausto ante las palabras de mi Señor, aunque lo ayudásemos con otro igual que él" (Cor. 18:109).
Por ello, Jesucristo, la paz sea con él, no es más que la palabra de Dios (o sea, un hombre que expresa las revelaciones de su Señor y muestra Su poder). Por eso el tratar de deidificar a Jesús, es solo porque han quedado deslumbrados por la luz de Dios que se reflejaba en su corazón de la misma manera que un espejo refleja la luz del sol.
Un poeta árabe dijo: "Cuando el estanque claro está quieto, y la brisa ya no puede romper su superficie, en ese momento el cielo es reflejado en él, así como el sol y las estrellas".
Es este estanque el que es como el corazón de los nósticos en el cual la luz de Dios se releja.
A través de un dialogo contractivo podemos encontrar muchos puntos comunes en la fe y llegar a un acuerdo mutuo y construir acuerdos. Esta vía es la manera de disolver la ignorancia la distancia y la disensión entre nosotros. En este aspecto, el vaticano ha empezado a reconocer al Islam como una religión revelada, un movimiento que será bien recibido por el mundo musulmán y apreciado. Y miró por que prosiga esta tarea de unificar las religiones rebeladas bajo la bandera del Dios Uno, puesto que esto es la esencia de todas las religiones, tal y como afirma el Corán: "Y (las enseñanzas del Corán) están en los Libros anteriores, los libros de Abrahán y Moisés" (Cor. 87:18-19).
Un paso que tienen que dar los seguidores de amabas religiones es oponerse firmemente ante todas las formas de persecución y opresión, sea cual sea su origen, y no conformarse simplemente con echarle la culpa a los políticos, mientras permanecemos pasivos o erramos en nuestras acciones. Es necesario para los cristianos de todo el mundo denunciar los crímenes que se cometen contra los musulmanes de Bosnia y Palestina, como es necesario denunciar los crímenes perpetrados por cristianos contra otros cristianos en Irlanda del Norte y de musulmanes contra musulmanes en Afganistán. Cuando los hombres de religión trabajen hombro con hombro cooperando, será un ejemplo para todos, siendo la hermandad de la creencia en el Dios Uno, trabajando tras un objetivo, que es salvar al hombre de la injusticia y la agresión.
Y para realizar esto es necesario el compromiso de todos para regresar al núcleo de nuestras religiones. Si estos pasos no se llevan a cabo inmediatamente la religión de Dios se desvanecerá. Y nadie será más responsable de esta catástrofe que nosotros. Nuestra cooperación es la que nos salvará de los peligros que no acechan, como el abuso de drogas, las epidemias como la del SIDA, los riesgos que produce la promiscuidad, y la indeferencia general que tienen los seres humanos por sus congéneres, que ha llevado al empeoramiento no solo de su espíritu sino de su existencia física.
Aún más, es esencial que nos esforcemos por rescatar a nuestra madre tierra de la contaminación, de la desertificación, del la perdida del ozono, de la superpoblación. Debemos esforzarnos que nuestra compasión afecte al hombre y a este planeta que llamamos hogar.
El profeta del Islam dijo: "Toda la creación depende de Dios y a quien más ama es a quien es más beneficioso para ella". Y daba ejemplo de ello con el de dos mujeres, una que fue al infierno por encerrar a un gato negándole el alimento, hasta que se murió, y una segunda, una prostituta, que entró al paraíso por dar a agua a un perro sediento que estaba al lado de un pozo. Dios apreció su noble acción y la perdonó.
En nuestro papel como hombre de religión, que nos llamemos primero entre nosotros y luego al resto de los hombres a la búsqueda del conocimiento y su adquisición, rechazar la hipocresía, la superstición y la ilusión. Debemos restaurar la restaurar las didácticas del pensamiento y la razón, para adquirir sabiduría y razón. Todos nuestras acciones deben realizarse después estudiarlas seriamente, y nuestras acciones dirigidas con las palabras y acciones. Debemos tratar de llamar a la purificación del alma y curarla de las enfermedades que actualmente la corrompen. Porque después de tal purificación es como el hombre regresa a su verdadera naturaleza, y es aceptar la luz de Dios. Dios describe la misión de Muhammad, la paz sea con él, de la siguiente manera en el Corán: "Es Él os mandó de entre los iletrados un apóstol de entre vosotros mismos para mostrarles Sus Signos, para purificarlos e instruirlos en la Escritura y el conocimiento…" (cor. 62:2).
La religión en el conocimiento presentado a la gente como vías para llevarlos hacia Dios, como sabiduría que ordena los asuntos del hombre, y purificación que eleva el alma hacia lo Divino. Pro ello Muhammad, la paz sea con él, pudo elevar a gentes que estaban en las profundidades de la ignorancia a la luz del conocimiento, de la esclavitud del cuerpo material a la adoración de Dios, guiar a la humanidad en un corto periodo de tiempo a la larga búsqueda de un Utopía por la que debemos esforzarnos con conocimiento, acción y sinceridad.
La paz sea con todos vosotros.
Sheij Ahmed Kuftaro:
Hermanos bajo la Bandera de la Fe: La Bandera de Muhammad y Jesús y la Paz para la Humanidad.
Viena, Austria
Marzo - Abril. 1993


En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso, el Señor de los Mundos.

Todas las bendiciones y saludos sean sobre Muhammad, y sus dos hermanos, Jesús y Moisés, y para todos los profetas y mensajeros que los siguen con benevolencia hasta el Día del Juicio.
Estoy agradecido a Dios por haberme permitido tener la oportunidad de estar en este encuentro con nuestros hermanos en fe, a los que hemos amado durante siglos. De hecho, aunque el Corán le fuese revelado a Muhammad, en él se nos ordena en muchas ocasiones en creer en todos los profetas y mensajeros, y en venerarlos y amarlos, particularmente a Jesús y Moisés. Siento que el Corán y el mensajero del Islam, Muhammad, nos enseñaron esto con énfasis, mostrándonos que todas las religiones son una y su objetivo es uno, traer la felicidad a la gente donde quieran que estén.
 Algunos de nosotros puede que sintamos esto como extraño y nos empeñemos en negarlo, y pueden decir que eso no son sino halagos. Pero, como sabéis, tanto el cristianismo como el Islam creen en la Unidad del Dios de la Creación, en el Días del Juicio, y en que obrar bien salvará al hombre de las cuentas que Dios le eche y entrará así en el Paraíso. Esto ha sido proclamado en el Corán y es a lo que llama el Islam:
"Aquellos que creen (en el Corán), y aquellos que siguen las escrituras judías y los cristianos, y los Sabeos, y quien crea en Dios y en el Último Día y haga el bien, serán recompensados por su Señor, sin tener ningún miedo ni nada que lamentar" (Cor. 2:62)
Incluso, yendo más allá, el Corán tiene a los seguidores de los Libros Sagrados en gran estima, diciendo: "Y encontrarás que los más cercano en amor a los creyentes son aquellos que dicen 'somos cristianos', pues entre ellos hay hombres dedicados al conocimiento y hombres que han renunciado al mundo, y no son arrogantes" (Cor. 5:85).
Y dice en otro sitio sobre los seguidores de los Libros Sagrados: "Y hay ciertamente en la Gente del Libro quienes creen en Dios, y en lo que te ha sido revelado, inclinándose con humildad ante su Señor. Ellos no venden los signos de Dios por un precio miserable. Para ellos hay una recompensa de su Señor, y Dios es justo ajustando cuentas" (Cor. 3:199).
Y quien lea el Corán y tenga en cuenta la biografía de Muhammad y sus enseñanzas encontrará que el Islam defiende y ayuda a Jesucristo y a su mensaje, así como a todos los mensajeros de Dios y a sus mensajes. El Islam no ha venido para abrogarlos o destruirlos, sino para unificarlos y llamar a la creencia y a la acción de acuerdo con los Mensajeros de Dios. El Corán llama la atención a la gente de la Tora y del Evangelio, para que sigan sus libros sinceramente y denuncia a aquellos que se niegan a adherirse a ellos. Por ello el Corán dice: "Deja que la gente del Evangelio juzgue por lo Que Dios ha revelado en él. Y si fallan en juzgar por lo que Dios ha revelado, no son mejores que aquellos que se han revelado" (Cor. 5:50), y continua: "…¡Oh gente del Libro! No tenéis base sobre la que sustentaros excepto la Tora y el Evangelio, y las revelaciones que han venido desde vuestro Señor" (Cor. 5:71)
Ali, el cuarto califa que sucedió a Muhammad, les decía decir a los cristianos: "No os prohibimos seguir el cristianismo, sino que más bien os mandamos seguirlo".
Y esto mismo se les dice a aquellos musulmanes que no siguen las enseñanzas del Islam. El Corán dice: "Ni vuestros deseos ni los de las gentes del Libro (pueden prevalecer). Quien haga el mal, le serán pedidas cuentas de acuerdo con ello. No encontrará, más allá de Dios, ni protector ni ayuda. Si hace buenas obras, sea hombre o mujer y tiene fe, entrará en los cielos, y ninguna injusticia les rozará" (Cor. 4:123-124).
Las ordenes divinas anuncian a los creyentes de todas las religiones de sus responsabilidades individuales respeto del Creador del Hombre. No les ayudará de nada el tomar tal o cual religión, a no ser que la sigan de corazón y se esfuercen en seguir sus enseñanzas y órdenes en pensamiento, palabras y obras. Solo así lograrán la verdadera redención.
En el Corán, Dios le reprocha a los que dicen que creen y no lo apoyan con obras: "Los beduinos dicen, 'Creemos', pero no tenéis fe, debéis decir, 'sometemos nuestra voluntad a Dios', puesto que la fe no ha entrado en vuestros corazones" (Cor. 49:14).
Las religiones no son sino caminos para los verdaderos creyentes que los acercan a Dios, para iluminar sus almas con Su luz y sus mentes con Su sabiduría y Sus signos. Un poeta árabe cristiano escribió: "Doy testimonio por mi vida, que las religiones no son sino el ojo a través del cual el creyente ve a Dios".
El Islam hace énfasis en el hecho de que las religiones se perfeccionan unas a otras. Cuando un profeta viene, el afirma el mensaje de su predecesor y le añade más, para poder aumentar la felicidad del hombre, y dar buenas nuevas del profeta que vendrá tras de él. Esto está claro en el sura 21 del Corán, los Profetas, donde Dios narra las historias de las vidas y los esfuerzos para llamar a su gente hacia Él. Entre los mencionados están Lot, Noé, Salomón, David, Job, Jonás, Ismael, Jesús y Muhammad. En resumen, el propósito del Corán es el de mostrar que existe una unidad entre los miembros de la familia humana bajo el parasol de la creencia en Dios, el Todopoderoso, que dice: "Ciertamente, esta hermandad vuestra (de los profetas) es una sola Hermandad, y Yo soy vuestro Señor y Sustentador, así pues servidme a Mi (y no a otro)" (Cor. 21:92).
El Corán va más allá y dice: "Él os ha ordenado a vosotros la fe en lo que te reveló y lo que reveló a Noé y Abrahán, a Moisés y Jesús, diciendo, 'Observad la fe y no os separéis con respecto a ella'" (Cor. 42:13).
Muhammad señala que la construcción de la religión de la religión no estaría completa si cada profeta no hubiese añadido su piedra a este edificio. Faltaba una última piedra para completar este edificio, y Muhammad era esa última piedra. Por ello el crédito es colectivo de todos ellos y no solo de algunos en detrimento de otros.
El Islam vinoa unir ala familia humana, avocando a todos los profetas y mensajeros y sus mensajes, afirmando los derechos de los hombres, especialmente la libertad de creencia, abriendo las puertas para las gentes y las naciones de todo el mundo para acudir a ella. Por eso, deben creer en todos los profetas teniendo en mente que, cuando se cree en un nuevo profeta, no darán la espalda a sus propios profetas y mensajeros.
Así quien cree en Jesús mantiene esa creencia cuando cree en Muhammad. De esta manera solo descubrirá que su amor por Jesús incrementa más, pues se da cuenta que este amor es una de la obligaciones que Muhammad aconsejó seguir. Y por ello, ¿no deberían los cristianos y los judíos considerar al Islam y los musulmanes de igual manera?
El Islam no se para ahí. Acogió a los judíos y los cristianos en su hogar, que se extendía de China en oriente y Francia en el occidente. Fue el establecimiento de esta superpotencia del imperio islámico la que les garantizó lugares de adoración y su libertad de creencia. Durante este periodo en Damasco, había un tiempo en el que cristianos y musulmanes compartieron el mismo templo para adorar a Dios. Entraban por una sola puerta, y los musulmanes realizaban sus oraciones en el ala oriental y los cristianos en la occidental. Esta práctica continuó durante cincuenta años en la mezquita omeya, siendo usada como iglesia y mezquita al mismo tiempo.
Cualquier mirada objetiva demuestra claramente que más de un mil millones de personas del mundo pagano, adorando ídolos, si no hubiese sido por el Islam. Hoy en día esos musulmanes creen en Moisés y su Tora, en Jesús y su Evangelio, además de en Muhammad y sus enseñanzas. Mi pregunta es, ¿Cuál es la actitud que tienen los cristianos y los judíos ante el Islam, que convirtió a estas gentes del paganismo a la creencia que glorifican y veneran a todos los profetas, especialmente a Moisés y Jesús, sus libros celestiales y el Dios Único y Verdadero?
Otro ejemplo temprano de la relación en los cristianos y los musulmanes en la mezquita del Profeta Muhammad en Medina, cuando el Profeta recibió a una delegación de cristianos. La llegada de la delegación correspondió con la hora de la oración, y Muhammad les dejó usar la mezquita para que realizasen su servicio, con las objeciones de algunos de los compañeros.
Y la excelencia de la fe musulmana en Dios y Sus enseñanzas, es que el cuidado de la gente del libro es obligatoria, y tiene su ejemplo en la acción del gobernador de Homs, durante el Califato de Umar bin al-Jattab. Este gobernador, bajo los remordimientos de haber abusado de un cristiano bajo su mando, le dijo: ¡Que Dios me avergüence! Llevaré mi caso al Califa Umar. Su razón era que había considerado que su acción no era digna de un gobernador musulmán, porque su deber no era discriminar entre la gente, a pesar de sus diferencias de religión, raza, color y riqueza.
Otro ejemplo de esto es el castigo que impuso el Califa Umar ibn al-Jatab al hijo del gobernador de Egipto por golpear a un Cristiano Copto por una carera de caballos. El crimen del cristiano no fue otro que ganar la carrera. Y en el castigo del hijo Umar consideró que también era necesario castigar al gobernador por no haber inculcado a su hijo los valores de humildad, y haberle inculcado estos errores en la creencia que le permitieron actuar con injusticia, que le hicieron pensar que por la posición de su padre iba a escapar de la justicia. En repuesta al gobernador Umar hizo la siguiente afirmación: "¿Cómo puede ser que hagáis esclavos de aquellos que han nacido libres?".
En este respeto por los derechos del hombre donde un observador puede apreciar la benevolencia del Islam, tal como el cuidado de aquellos no musulmanes que son ancianos, dando fondos del tesoro público para conseguir su bienestar. Aún más, si estas gentes pierden sus medios de vida, el fondo público debe garantizarles medios hasta que se puedan mantener por si mismos. Sin embargo, este no es el lugar adecuado para describir todas las ayudas sociales que el estado islámico ofrece a los seguidores de otras religiones, a pesar de ser una minoría en este estado.
En área de las relaciones de los musulmanes y cristianos, aquellos que afirman que las guerras que tuvieron lugar entre los musulmanes y los cristianos fueron motivadas por la religión están cometiendo una gran injusticia. El Islam nunca ha dañado, oprimido o derramado de sangre por su orientación religiosa. De hecho, estas guerras han servido invariablemente de medio para satisfacer objetivos colonialistas y egoístas, de los cuales la religión es absolutamente inocente. Por el contrario, la historia ha demostrado como la liberación de las tierras de Oriente Próximo de los imperios Persas y Bizantino trajo la creencia a las gentes que gobernaban, especialmente a los cristianos que estaban expuestos a una gran opresión bajo los gobiernos cristianos. Estos gobiernos forzaban su propia versión del cristianismo ortodoxo. Y por ello los cristianos ortodoxos nunca se sentían seguros ni felices, excepto cuando estuvieron bajo la protección del Islam. Durante el periodo Abasí, la protección se extendió sobre quince mil iglesias cristianas, tanto ortodoxas como no ortodoxas. Este ejemplo demuestra como el Islam respeta y honra a los adherentes de todas la religiones, especialmente a aquellos que siguen a Moisés y Jesús.
Quien quiera que examine las oraciones que son realizadas por los musulmanes cinco veces al día, y escuche la recitación del Corán, verá ciertamente que es como si se estuviese recitando la Tora o el Evangelio, pues en Corán se mencionan las historias de los profetas y sus enseñanzas divinas.
¿Es, por lo tanto, admisible que se le acuse al Islam de ser una religión basada en la opresión el la desigualdad y la injusticia? Dios describe la misión profética de Muhammad en el Corán de la siguiente manera: "No te hemos enviado sino como misericordia para los mundos" (cor. 21:107).
Puede que alguno se pregunte que es lo que requiere el Islam de los cristianos actuales. Contestaré que: La cristiandad esta dividida en muchas sectas. En la segunda parte del siglo veinte ha habido un gran movimiento ecuménico a favor de la armonización de todas ellas a pesar de sus diferencias religiosas. ¿No es posible, entonces, invitar al Islam a unirse a este movimiento como un miembro con plena consideración, puesto que venera a Jesús y su madre, y que lo respeta reconociéndolo como la palabra de Dios que fue depositada en Maria?
La sabiduría de Dios y Sus palabras, de acuerdo con el Islam, es el conocimiento que Dios revela a Sus siervos creyentes, y que hace que se transformen en sus palabras y acciones. El Corán dice: "Decid:'Si el océano fuese tinta (para escribir) las palabras de mi Señor, pronto estaría exhausto ante las palabras de mi Señor, aunque lo ayudásemos con otro igual que él" (cor. 18:109).
Por ello, Jesucristo, la paz sea con él, no es más que la palabra de Dios (o sea, un hombre que expresa las revelaciones de su Señor y muestra Su poder). Por eso el tratar de deidificar a Jesús, es solo porque han quedado deslumbrados por la luz de Dios que se reflejaba en su corazón de la misma manera que un espejo refleja la luz del sol.
Un poeta árabe dijo: "Cuando el estanque claro está quieto, y la brisa ya no puede romper su superficie, en ese momento el cielo es reflejado en él, así como el sol y las estrellas".
Es este estanque el que es como el corazón de los nósticos en el cual la luz de Dios se releja.
A través de un dialogo contractivo podemos encontrar muchos puntos comunes en la fe y llegar a un acuerdo mutuo y construir acuerdos. Esta vía es la manera de disolver la ignorancia la distancia y la disensión entre nosotros. En este aspecto, el vaticano ha empezado a reconocer al Islam como una religión revelada, un movimiento que será bien recibido por el mundo musulmán y apreciado. Y miró por que prosiga esta tarea de unificar las religiones rebeladas bajo la bandera del Dios Uno, puesto que esto es la esencia de todas las religiones, tal y como afirma el Corán: "Y (las enseñanzas del Corán) están en los Libros anteriores, los libros de Abrahán y Moisés" (Cor. 87:18-19).
Un paso que tienen que dar los seguidores de amabas religiones es oponerse firmemente ante todas las formas de persecución y opresión, sea cual sea su origen, y no conformarse simplemente con echarle la culpa a los políticos, mientras permanecemos pasivos o erramos en nuestras acciones. Es necesario para los cristianos de todo el mundo denunciar los crímenes que se cometen contra los musulmanes de Bosnia y Palestina, como es necesario denunciar los crímenes perpetrados por cristianos contra otros cristianos en Irlanda del Norte y de musulmanes contra musulmanes en Afganistán. Cuando los hombres de religión trabajen hombro con hombro cooperando, será un ejemplo para todos, siendo la hermandad de la creencia en el Dios Uno, trabajando tras un objetivo, que es salvar al hombre de la injusticia y la agresión.
Y para realizar esto es necesario el compromiso de todos para regresar al núcleo de nuestras religiones. Si estos pasos no se llevan a cabo inmediatamente la religión de Dios se desvanecerá. Y nadie será más responsable de esta catástrofe que nosotros. Nuestra cooperación es la que nos salvará de los peligros que no acechan, como el abuso de drogas, las epidemias como la del SIDA, los riesgos que produce la promiscuidad, y la indeferencia general que tienen los seres humanos por sus congéneres, que ha llevado al empeoramiento no solo de su espíritu sino de su existencia física.
Aún más, es esencial que nos esforcemos por rescatar a nuestra madre tierra de la contaminación, de la desertificación, del la perdida del ozono, de la superpoblación. Debemos esforzarnos que nuestra compasión afecte al hombre y a este planeta que llamamos hogar.
El profeta del Islam dijo: "Toda la creación depende de Dios y a quien más ama es a quien es más beneficioso para ella". Y daba ejemplo de ello con el de dos mujeres, una que fue al infierno por encerrar a un gato negándole el alimento, hasta que se murió, y una segunda, una prostituta, que entró al paraíso por dar a agua a un perro sediento que estaba al lado de un pozo. Dios apreció su noble acción y la perdonó.
En nuestro papel como hombre de religión, que nos llamemos primero entre nosotros y luego al resto de los hombres a la búsqueda del conocimiento y su adquisición, rechazar la hipocresía, la superstición y la ilusión. Debemos restaurar la restaurar las didácticas del pensamiento y la razón, para adquirir sabiduría y razón. Todos nuestras acciones deben realizarse después estudiarlas seriamente, y nuestras acciones dirigidas con las palabras y acciones. Debemos tratar de llamar a la purificación del alma y curarla de las enfermedades que actualmente la corrompen. Porque después de tal purificación es como el hombre regresa a su verdadera naturaleza, y es aceptar la luz de Dios. Dios describe la misión de Muhammad, la paz sea con él, de la siguiente manera en el Corán: "Es Él os mandó de entre los iletrados un apóstol de entre vosotros mismos para mostrarles Sus Signos, para purificarlos e instruirlos en la Escritura y el conocimiento…" (cor. 62:2).
La religión en el conocimiento presentado a la gente como vías para llevarlos hacia Dios, como sabiduría que ordena los asuntos del hombre, y purificación que eleva el alma hacia lo Divino. Pro ello Muhammad, la paz sea con él, pudo elevar a gentes que estaban en las profundidades de la ignorancia a la luz del conocimiento, de la esclavitud del cuerpo material a la adoración de Dios, guiar a la humanidad en un corto periodo de tiempo a la larga búsqueda de un Utopía por la que debemos esforzarnos con conocimiento, acción y sinceridad.
La paz sea con todos vosotros.