EL ISLAM Y EL CRISTIANISMO: ENCUENTRO ENTRE
HERMANOS Y HEREDEROS DEL MENSAJE DEL DIOS ÚNICO.
Universidad de Viena, Austria
18 de Mayo de 1979

En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso.


Al-lah ha encomendado a todos Sus mensajeros y profetas la muy bien cimentada misión de llamar a la humanidad al sendero de la adoración hacia Él como garantía de una vida virtuosa y feliz, siendo dos los pilares fundamentales sobre los que se yergue esta vital tarea a saber, el principio de igualdad entre los hombres y la búsqueda de la excelencia a través del cultivo de la piedad, tal como el Corán lo declara:

 

¡Gente! Os hemos creado a partir de un varón y una hembra, y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais mutuamente. Ciertamente ante Al-lah, el más noble de entre vosotros es el que más le teme. Y Al-lah es Sabio y Conocedor.” (Corán 49:13) 

 

El resultado del iman[1] y del ejercicio pleno del principio universal de la fraternidad es la vivencia del amor, la concordia la cooperación y la paz.

 

Desde los albores de la humanidad, y con ella las primeras revelaciones y el inicio de las misiones proféticas, hasta la llegada del Sello del Libro[2] y el perfeccionamiento del dín correcto, el mensaje de Al-lah hacia la humanidad ha sido uno, cuya esencia se ha mantenido inmutable a través del espacio y el tiempo, por lo que los profetas y mensajeros enviados por el Creador de los mundos ante los hombres conforman una gran familia, en la que no existe contradicción o conflicto alguno. Esto es una realidad que debe ser sacada a la luz y expuesta ante las mentes y los corazones de las generaciones venideras, pero para ello es necesario el compromiso por parte de los líderes intelectuales y espirituales de los herederos de los Libros Revelados. Es en esta doctrina, que durante los últimos 35 años he tratado de dar a conocer entre los creyentes sinceros, en donde se encuentra la clave que conduce a los seres humanos hacia una convivencia pacífica.

 

Las pruebas de la unicidad del mensaje de Al-lah, de que las diferencias de forma entre las revelaciones no afectan su esencia doctrinal  y de la armoniosa hermandad que une a Sus heraldos se encuentran plasmadas en el Corán y el Evangelio, y todos los profetas y mensajeros dieron testimonio de ello.

 

Dice Al-lah en su Néctar Sellado[3]:

 

Os ha sido ordenado como parte de la práctica de adoración que le fue encomendada a Noé y que te hemos inspirado, y a Abraham, a Moisés y a Jesús, que establecierais firmemente el dín y no os dividierais” (Corán 42: 13).

 

Al-lah ha ordenado a Sus profetas, a Sus mensajeros y a la humanidad unirse para adorarle y no dividirse.

 

En otro verso de Su Libro Luminoso[4]  encontramos:

 

Ciertamente te hemos inspirado tal como lo hicimos con Noé y los profetas que le antecedieron, y con Abraham, Ismael, Isaac y Jacobo, y con las tribus de Jesús, Job, Jonás, Aarón y Salomón, y a David a quien dimos los Salmos.” (Corán 4:163)

 

La unicidad de Al-lah y Su mensaje son la garantía de que todos los mensajeros y profetas beben de una misma fuente, por lo que se nos ha ordenado a los musulmanes creer en ellos y obedecerles:

 

Decid: Creemos en Al-lah, en lo que se nos ha hecho descender, en lo que se hizo descender a Abraham, a Ismael, a Jacobo y a las tribus, en lo que le fue entregado a Moisés y a Jesús, y en lo que le fue dado a los profetas de parte de su Señor. No hacemos distinciones entre ellos pues estamos sometidos a Él[5].” (Corán 2: 136)

 

Para cualquier lector desprevenido, un ligero vistazo a la Exhortación de Al-lah[6] podría sorprenderle por los nombres, María y la Familia de Imram[7], y la gran extensión de dos de sus capítulos dedicados a ennoblecer y dignificar a Jesús y a su madre, en los que se clarifican y revelan milagros con los que Al-lah les distinguió, como lo ocurrido con los pájaros de barro a los que el Creador dio vida con un soplo del aliento de Su Noble Profeta, como cuando siendo aún un recién nacido habló a la gente de su pueblo en defensa de su madre o como el gran milagro de la concepción y nacimiento del Ungido Hijo de María, el cual es descrito en el Texto Bendecido[8] en los siguientes términos:

 

Y cundo dijeron los ángeles: ¡María! Al-lah te ha elegido, te ha purificado y te ha dignificado entre las mujeres de los mundos. ¡María! Conságrate al servicio de tu Señor, adórale y póstrate con los que se postran[9]… Y cuando dijeron los ángeles: ¡María! Ciertamente Al-lah te anuncia la buena nueva de Su verbo, cuyo nombre será el Ungido, Jesús[10] hijo de María, quien será distinguido en este mundo y el del más allá, y será de los cercanos a Al-lah.” (Corán 3: 42-43, 45) 

 

La expresión “será de los cercanos a Al-lah”[11] es una de las muchas que el Creador usa en Su Mensaje Claro[12] para mostrar el alto rango que ha otorgado a Jesús, de quien además dice:

 

 …Verdaderamente el Ungido, Jesús hijo de María es Su Mensajero, Su verbo[13] depositado en María y un espíritu procedente de Él…” (Corán 4:171)

 

Estos planteamientos o axiomas, mediante los cuales les ha sido preceptuado a los musulmanes la creencia en Jesús y su misión profética, son los que abren sus corazones preparándoles para recibir el mensaje del Nacido Sin Padre[14] y facilitan la unión y cooperación entre musulmanes y cristianos.

 

Al-lah muestra claramente mediante Sus Honorables Páginas[15] que musulmanes y cristianos son hermanos ya que comparte la moral y virtudes que el Amo del universo les ha ordenado seguir:

 

Encontraréis que los más próximos en afecto a los creyentes son los que dicen: Somos Nasara [16] . Eso es porque entre ellos hay hombres de pastorado[17] y de veneración[18] que no son soberbios. Y cuando escuchan lo que se le ha hecho descender al Mensajero, ves sus ojos llenos de lagrimas pues reconocen  la verdad y dicen: ¡O Señor, nosotros creemos! Escribe nuestros nombres junto a los de los que dan testimonio…. Y Al-lah les recompensará por sus palabras con jardines bañados por ríos, en donde serán inmortales. Esa es la recompensa de los que hacen el bien.” (Corán 5: 82-83, 85).

 

Como resultado de esta actitud positiva del Islam frente a los seguidores de Jesús y de lo que le fue revelado, muchos cristianos se vieron avocados a expresar su creencia y reconocimiento hacia Muhammad y su mensaje, llegando algunos a apoyar financiera y moralmente a los musulmanes en el camino del establecimiento y solidificación del Mandato Divino entregado al Último de los Mensajeros y Profetas.

 

Fue este el caso del Emperador de Abisinia[19] en el siglo sexto de nuestra era, quien pidió a los oprimidos musulmanes que migraron a su país que le recitasen algunos versos de la Revelación[20]. Al escucharlos, con sus rostros bañados en lágrimas, Negus[21] y sus sacerdotes reconocieron la profecía de Muhammad y dijeron: “Las enseñanzas de Muhammad y de Jesús provienen de una misma fuente”.  Al pronunciar estas palabras ellos no renunciaron a su fe pues el Islam no insta a los musulmanes a desoír la guía y enseñanzas de Jesús, sino que confirma su mensaje. El Mensaje Maravilloso de Al-lah[22] dice con respecto a los cristianos:

 

Y le dimos el evangelio, en el que se encuentra la guía y la luz… Y que la gente del evangelio juzgue de acuerdo a lo que Al-lah les ha hecho descender…” (Corán 5: 46, 47)

 

El Profeta Muhammad dijo: “De entre los hombres soy el más cercano a Jesús, el hijo de María”, “Los profetas somos hermanos, hijos de un mismo padre  y de diferentes madres, pero con un solo dín” y “¡Musulmanes! Conquistaréis Egipto y cuando lo hagáis, sed amables con los cristianos”. ‘Ali, cuarto Califa y gran líder del Islam, solía decir a los cristianos de su tiempo: “Nosotros no deseamos que descreáis en el mensaje de Jesús, sino que os instamos a seguirlo”.

 

Otros grandes ejemplos de fraternidad, amor y colaboración por parte de los musulmanes para con los cristianos fueron los dados por el profeta Muhammad al permitir a sus invitados llevar a cabo sus actos de adoración en su mezquita en Medina y por los líderes del Islam al hacer de la Gran Mezquita Omeya un recinto conjunto de culto, en donde bajo condición de absoluta igualdad cristianos y musulmanes entraban por la misma puerta y realizaban sus oraciones unos después de los otros, en el tiempo en el que Damasco era la capital de un gran imperio.

 

A su entrada a Jerusalén Umar bin Al-Khattab, el segundo Califa, rechazó llevar a cabo su azalá en el Santo Sepulcro a fin de evitar que los musulmanes, siguiendo su ejemplo, convirtiesen el templo o parte de este en una mezquita.

 

El profeta Muhammad ordenó a los musulmanes ser amables con los cristianos y los judíos, pues son los seguidores de los mensajes revelados. En este contexto dijo: “Quien cause mal a un cristiano o a un judío será mi enemigo en el Día del Levantamiento y pagará por ello” y “Sed amables con los coptos”.

 

Cuando el insolente hijo del gobernador y gran líder musulmán Amer bin ‘Aás humilló a un joven cristiano golpeándole en la cabeza luego de una discusión, el agraviado se presento ante Al-Faruq[23] clamando justicia. El Emir de los creyentes hizo llamar al dignatario y a su hijo, y en presencia de los más notables hombres del estado le entregó al joven lesionado una fusta y le dijo: “Tomad y golpeadles ¡Oh hijo de los nobles! Así como él te ha golpeado” El joven se negó a hacerlo y respondió ante su interlocutor: “Se ha hecho justicia y por ello los cristianos pediremos al Altísimo que te recompense”. Al escuchar estas palabras el Noble Califa Correcto dirigiéndose al gobernador exclamó: “¿Y desde cuando esclavizáis a aquellos que nacieron libres?

 

Pero el Islam ha ido más allá en sus demostraciones de afecto por los seguidores de los Libros Revelados[24], siendo este el caso de lo ocurrido cuando los persas al mando de Cosroes[25] vencieron a los cristianos bizantinos[26]. Esta derrota fue bañada con las lágrimas de los musulmanes, por lo que el Amo y Señor de la creación envió al ángel Gabriel para brindarles consuelo e informarles que sus hermanos cristianos vencerían en menos de nueve años:

 

Alif, Lam, Mim. Los romanos[27] han sido vencidos en la tierra más próxima. Pero ellos, a pesar de su derrota, vencerán dentro de algunos años, pues el mandato pertenece eternamente a Al-lah. Y ese día se alegrarán los creyentes por Su Auxilio, pues Él auxilia a quien le place, Él es el Conocedor y el Compasivo.” (Corán 30: 1-5)

 

Musulmanes y cristianos vieron cumplida la profecía, por lo que el regocijo invadió sus corazones.

 

Por medio de sus enseñanzas y principios el Islam ha abierto los corazones de millones de personas cuyas vidas se encontraban extraviadas en los caminos de la incredulidad y las falsas creencias, y les ha guiado hacia la Luz del Creador y la certidumbre de Sus heraldos y Su mensaje; y mediante Su Gloriosa Albricia[28]  el Señor de señores hizo que cristianos y musulmanes viviesen como hermanos, felices y en franca cofradía. 

 

Hoy más que nunca, cuando la incredulidad se ha apoderado del alma de la mayor parte de los seres humanos sembrando entre ellos la oscuridad y la injusticia, y se prepara para hacer perecer la llama del recuerdo que arde en sus corazones, es necesario lanzar a viva voz un llamado al encuentro entre los líderes doctrinales e intelectuales musulmanes y cristianos a fin de que aúnen sus esfuerzos en favor de la búsqueda de la sintonía entre las almas de los creyentes, su cercanía espiritual y la unión de la humanidad bajo el lema de la cooperación en los puntos comunes y la tolerancia en las diferencias.

 

Son necesarios la unión y el alcance de la mutua comprensión y para alcanzarlos contamos con la amabilidad, la caridad y la virtud que nos caracterizan.

 

En cuanto al amor que todo creyente debe profesar por su Creador y por sus hermanos de fe los cristianos dicen: “Amad a Dios con todo vuestro ser y sobre todas las cosas, y amad a vuestro prójimo como os amáis a vosotros mismos”, el profeta Muhammad afirma “Ninguno de vosotros será un verdadero creyente hasta que no desee para su hermano lo que desea para sí mismo” y el profeta Jesús dijo: “Los misericordiosos estarán en el Paraíso como merito a su misericordia”.

 

De la misericordia y compasión que debe albergar el alma de todo aquel que se somete a la voluntad del Altísimo dice el profeta Muhammad: “Al-lah, el Misericordioso será compasivo con todos aquellos que tengan misericordia, sed misericordiosos en la tierra y recibiréis Su misericordia en el paraíso” y Todas las criaturas dependen de Al-lah, pero la más favorecida entre ellas es la que más beneficia a las demás, el Ungido hijo de María por su parte afirma: “Dad a todo el que os lo pida sin esperar que os sea devuelto”.

 

La información concerniente a Al-lah, Su identidad y atributos se encuentra claramente expresada en el Evangelio y el Corán:

 

Con relación a la identidad y unicidad de Al-lah podemos encontrar en el evangelio de Juan[29] las siguientes palabras de Jesús: “Esta es la vida eterna, en la que podrán conocerte como el único Dios verdadero y a Jesús el Cristo[30], a quien has enviado” y en el de Lucas[31]: “A tu Señor, tu Dios, adorarás y sólo a Él le servirás”. Estas palabras son confirmadas por el Hacedor de las almas en Su Inestimable Texto[32]:

 

El es Al-lah, el Único” (Corán 112:1) y “Sabed que en efecto no hay mas divinidad que Al-lah” (Corán 47:19).

 

Cuando Jesús fue interrogado acerca del Día del Juicio dijo[33]: “Pero nadie conoce el día ni la hora, ningún hombre, ni ángel del cielo, ni el hijo, solo el Padre[34]”. Respecto a este tema dice el Glorioso[35]:

 

Te preguntan acerca de la Hora, de cuándo llegará. Di: Verdaderamente el conocimiento sobre ello pertenece a mi Señor y solo Él en su momento lo habrá de revelar” (Corán 7:187).

 

Son numerosos los pasajes en la Biblia y el Corán que demuestran la unicidad del mensaje de la adoración al Único Creador Todopoderoso.

 

Es normal que existan diferencias de forma, pero estas resultan insignificantes ante las semejanzas y no deben ser impedimento para asumir el compromiso, el acuerdo y la afinidad espirituales en beneficio de la paz, la fe y la humanidad. Lo deseable es obtener una mezcla de olores, sabores, colores y texturas capaces de fascinar a quien la pruebe por la exacta proporcionalidad de sus ingredientes.

 

Las abundantes pruebas que corroboran el origen y objetivos comunes de nuestras revelaciones han animado a teólogos e investigadores de ambas partes a promover el estudio objetivo y el dialogo sincero entre cristianos y musulmanes en beneficio de la fe verdadera, del bienestar humano y de una paz duradera. En este sentido el poeta cristiano Halim Damous dijo:

 

¡Os juro por Al-lah! Lo que llaman religiones son solo ventanas a través de las cuales los creyentes miran hacia su Señor. La gente no discriminaría entre Jesús y Muhammad si entendiese la esencia de su din. Puedo sentir la presencia de Jesús en el Corán y en la Biblia el espíritu de Muhammad.

 

Ahmad Shawqui, conocido poeta árabe afirmó:

 

La diversidad en la religión no debería conducir hacia la hostilidad entre los hombres, ni a la disgregación de los libros revelados ni a la discriminación hacia los profetas. Todas las revelaciones albergan en esencia la misma sabiduría: La del amor y el temor al Dios Único y el cultivo de la tolerancia.

 

Es el momento de que los seguidores de todas las revelaciones nos reunamos y cooperemos tal como lo hicieron nuestros profetas con sus enseñanzas y admoniciones, y de que nuestros líderes espirituales inicien una revolución espiritual en contra del fanatismo y la intolerancia, y promuevan el afecto, la fraternidad y la convivencia pacífica. Es nuestro deber empeñar todo nuestro esfuerzo en favor de la construcción de un nuevo mundo espiritual que brinde a la humanidad la oportunidad de alcanzar la felicidad verdadera, la satisfacción perfecta y el bienestar absoluto.

 

Los gobiernos y gobernantes de nuestro tiempo han creado la Organización de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad a fin de promover el desarme y advertir acerca del peligro que representan las armas nucleares para la humanidad, pero su labor ha sido inútil pues nuestro mundo sigue siendo, y quizá ahora más que antes, azotado por terribles guerras y cruentas hambrunas mientras observamos el imparable crecimiento de la industria armamentista. Por lo que es menester de teólogos y líderes religiosos, hombres íntegros y creyentes que trabajan en favor de conseguir la tolerancia religiosa, enfatizar en que el Creador del universo ha ordenado a través de sus profetas la búsqueda de la hermandad y la paz entre los hombres y el rechazo de la hostilidad y la maldad.

 

Pero si la humanidad falla en este cometido y sigue sembrando la devastación y la agonía, y bañando la tierra con sangre se verá avocada a enfrentar una gran hecatombe y a asumir el castigo que por su fanatismo le depare el Altísimo en el Día del Juicio Final.

 

Nosotros, los creyentes y seguidores de los mensajes revelados estamos necesitados de la unión espiritual que nos permita coordinar nuestros esfuerzos a fin de alcanzar la tan anhelada paz en este mundo carente de cooperación y hermandad.

 

Es nuestro deber colocar la ciencia al servicio de la humanidad y destruir las barreras que nos dividen entre débiles y poderosos, oprimidos y opresores, usurpados y usurpadores; la geología, la astronomía, el conocimiento acerca de las profundidades marinas, las expediciones a los polos, los avances en la metalurgia y en general los muchos logros alcanzados en cuanto a ciencia y tecnología no han conseguido erradicar del ser humano la semilla del mal, pues esta es una enfermedad perniciosa y su cura está allende nuestros alcances materiales.

 

El remedio a esta terrible dolencia requiere el tratamiento urgente del corazón y del alma por parte de médicos que prescriban la formula precisa que libere al hombre de su aflicción y desolación.

 

Nuestros corazones no albergan odio contra quienes descreen del mensaje de Al-lah, pues en efecto son nuestros congéneres, por lo que les invitamos a que presenten sus argumentos y busquen el camino de la verdad, la fraternidad y la felicidad. Es nuestro deseo ser consejeros sinceros y esto solo es posible mediante la labor conjunta y coordinada con los intelectuales seguidores de las demás revelaciones y corrientes de pensamiento.

 

Los llamados por la paz de los políticos modernos no han obtenido resultados, por lo que es nuestro momento de intentarlo mediante una fe racional. Es necesario permitir a los intelectuales de entre las Gentes del Libro actuar, es imperante seguir el mensaje de Muhammad quien dijo: “Los hombres son hermanos entre sí, les guste o no”, el de Jesús y Moisés: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. 

 

Incluso los soviéticos, quienes eran ateos y seguían una vida materialista han patrocinado  conferencias interreligiosas a fin de alcanzar la paz, mientras que en Occidente, el mundo libre, difícilmente podremos encontrar alguna.

 

Pero a pesar de los errores y malentendidos confío en que un día no muy lejano cristianos y musulmanes se fundan en un abrazo fraternal y brille sobre ellos la maravillosa luz del Corán, tal como históricamente ocurriese en estas bendecidas tierras del Oriente, y que este nuevo espíritu se extienda por el mundo cautivando a los hombres con el maravilloso aroma del amor, la hermandad y la paz que nos abrirán las puertas hacia la divina recompensa que nos depara el Día Nunca Visto.

 

Mi esperanza no responde a vanos sentimentalismos ni fútiles emociones, sino a las palabras de gran número de intelectuales dentro y fuera del seno del cristianismo entre los que caben destacar a Bernard Shaw quien dijo: “Siempre he tenido en gran estima a la religión de Muhammad por su gran vigor, pero debido a la ignorancia, el odio y el fanatismo fue mostrado como el enemigo de la cristiandad y de Jesús, cuando en realidad fue un salvador de la humanidad al igual que el Mesías”, al poeta francés Alfonso de Lamartine que escribió: “Muhammad fue un profeta, un líder, un conquistador de las mentes, el propagador de una doctrina completamente acorde con la libertad de conciencia”, a Tolstoy que por su parte afirmó: “Muhammad no sólo dijo que era un profeta, sino que Moisés y Jesús también lo fueron y les enseñó a los cristianos y los judíos que no debían abandonar su fe. Una de las ventajas del Islam es su buena disposición ante los cristianos y los judíos, y sus hombres de religión”, y al Líder Mahatma Gandhi quien aseveró: “Derramé un río de lágrimas cuando leí la vida del profeta Muhammad. ¿Cómo alguien que busca la verdad como yo, podría no inclinar su cabeza ante alguien que hizo tanto por la humanidad?”. Cabe destacar que durante la Conferencia de Córdoba del año 1977, los representantes de la Santa Sede declararon que Muhammad es un profeta y enviado del Dios Único, lo cual representa un inmenso avance.

 

Lo anterior ha hecho florecer en mí la esperanza de un futuro colmado de bondad, cooperación y amor entre quienes creemos en las revelaciones del Creador y seguimos a Sus profetas y mensajeros, pues somos las ramas de un mismo árbol, cuyo tronco es Abraham. Y cuando la humanidad alcance esta meta podrá llevar una vida pacífica y armoniosa, lejos de la devastación y la desolación.

 

Soy reiterativo en mi afirmación de que el Islam apoya que los seguidores de las demás revelaciones mantengan sus creencias, pues la base en esencia es una, ya que como musulmanes somos quienes más amamos al profeta Jesús y por ende a todos los demás profetas, y los más devotos al cristianismo como mensaje revelado al igual que a todas las demás revelaciones, tal como Al-lah lo ordenó.

 

El Corán vino para confirmar y completar lo establecido anteriormente y en uno de sus textos dice: 

 

Decid: Creemos en Al-lah, en lo que se nos ha hecho descender, en lo que se hizo descender a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacobo y a las tribus, en lo que le fue dado a Moisés y a Jesús, y en lo que de manos de su Señor le fue dado a los profetas, sin hacer distinciones entre ellos, pues estamos sometidos a Él (Corán 2:136)

 

Las puertas permanecen abiertas y el camino señalado es el que conduce a la unión fraternal entre los seguidores de la Tora y el Evangelio junto a los creyentes del Corán, pues Muhammad dijo a los musulmanes: “Yo soy el más cercano a Moisés y a Jesús, aquí y en el más allá”, por lo tanto permitamos que también nuestros cofrades digan: “Os apoyamos hermanos musulmanes pues compartimos la adoración al Dios Único y el origen de nuestra práctica de adoración es la misma”.  

 

Les hemos conocido a través de las enseñanzas del Corán y de nuestro amado Profeta, así que venid y conocednos. Os extendemos nuestra mano y os recibimos con los brazos abiertos, compartimos con vosotros la búsqueda del conocimiento verdadero y un profundo amor hacia Jesús, hacia su mensaje y hacia María, su madre, así que dadnos vuestra mano, abrazadnos, compartid nuestra búsqueda del conocimiento verdadero y responded a nuestro llamado en iguales o mejores términos.

 

Nuestra historia recuerda a la de dos hermanos que han estado alejados por largo tiempo, pero un día a su paso por un erial, uno de ellos divisa lo que parece ser un gran animal y mientras profundamente atemorizado se acerca para darle muerte percibe que aquello que a la lejanía semejaba ser una feroz bestia era en realidad su amado hermano. Extasiados de júbilo y ahogados por las lágrimas de felicidad se funden en un largo, fuerte y caluroso abrazo que refleja la inmensa alegría de la que les ha colmado tan inesperado encuentro.

 

Es necesario superar la etapa del temor y dirigirnos a la del encuentro y el reconocimiento, y esto solo será posible mediante el compromiso, el esfuerzo y la cooperación sinceros de los creyentes verdaderos de cada uno de los mensajes revelados. Si empezamos nuestra marcha en el camino hacia la unidad nuestro único obstáculo será el disgusto que a Satán le causará nuestra alianza, pero para vencerlo tendremos el gran aliciente que representa el beneplácito del Dios Único, de Sus profetas y de los creyentes francos de todos los lugares.

 

Finalmente, es conveniente recordar aquello que el Corán dice acerca de los cristianos:

 

…Encontraréis que los más próximos en afecto a los creyentes son los que dicen: Somos nazarenos[36]. Eso es porque entre ellos hay hombres de pastorado y de veneración.” (Corán 5:82)

 

Así pues, en nombre de la discusión y el acuerdo, del dialogo y la cooperación permitamos que los teólogos, intelectuales, comunicadores, gobernantes, los amantes de la paz y la humanidad, y quienes creen sinceramente en el Dios Único unan sus voces a fin de hacer un llamado universal hacia el sometimiento a los mandatos del Creador y despertar las conciencias de los transgresores para que sean ellas quienes les reprochen por sus actuaciones.  

 

Esta es mi plegaria ¡Que nuestras esperanzas se cumplan! Pero para ello son necesarios el trabajo, el esfuerzo intelectual, la discusión constructiva y la unión, pues como el Altísimo ha dicho en el Corán:

 

Decid: ¡Actuad! Pues Al-lah tendrá en cuenta vuestras acciones” (Corán 9:105).

 

Que Al-lah nos cubra con Su manto protector y extienda Su mano firme para que podamos apoyarnos en ella en tanto luchemos en Su camino. Solo Él es Quien concede la victoria a aquellos que yerguen triunfal Su causa.

 

¡Que la paz, la misericordia y la bendición del Todopoderoso estén con vosotros siempre!

 



[1] Certeza absoluta en Al-lah Todopoderoso como Dios Único y Verdadero, y en Su mensaje.

[2] Sello de la Revelación ó Sello de los Profetas, epítetos con los que es conocido el Profeta Muhammad.  

[3] Epíteto con el que es conocido el Corán.

[4] Ibídem al anterior.

[5] A Al-lah.

[6] Ibídem al anterior.

[7] Nombre del padre de la Virgen y abuelo de Jesús.

[8] Ibídem al 7.

[9] Además de las presentes aleyas coránicas, el Profeta Muhammad enalteció a María en incontables ocasiones, tales como cuando dijo: “La mejor mujer de su tiempo fue María, hija de Imram y la mejor mujer de mi tiempo es Khadilla, hija de Khuwaylid” (At-Tirmidhi) o “Muchos hombres buscan la perfección en una mujer, pero no las hay  perfectas excepto dos, Asia, la esposa del Faraón y María, la hija de Imram…” (Bukhari).

[10] Jesús es la transliteración latina del griego Iesous (Ἰησοῦς) y este a su vez del hebreo Yhowshuwa (יְהוֹשׁוַּע יְהוֹשׁוַּע), que significa el salvado o el elegido de Yhovah (יְהוֹוָה), termino último que traduce el Eterno o el Existente por sí mismo (aseidad), es cual es uno de los atributos de Al-lah. El texto bíblico revela que el nombre de este profeta en lengua hebrea es `Immanuw'el (Isaías 7:14 y Mateo 1:23), cuya latinización es Emanuel, y el Corán lo llama por su nombre arameo, ‘Isa.         

[11] Que en lengua hebrea equivale a `Immanuw'el (עִמָּנוּאֵל).

[12] Ibídem al 7.

[13] El término utilizado en el texto coránico corresponde literalmente a palabra ó verbo en lengua castellana, en referencia al hecho de que, tal como lo mencionan renombrados exégetas entre los que encontramos a Abdur-Razzaq e Ibn Abi Hatim, el Ungido hijo de María vino a la existencia gracias a la palabra de Al-lah: Él dijo sé y fue (Ibn Kazir).   

[14] Uno de los grandes milagros alrededor de este Amado Profeta de Al-lah fue el haber nacido sin padre, pues él es el verbo (la voluntad) de Al-lah hecha hombre.

[15] El Honorable y las Páginas son dos de los epítetos del Corán.

[16] El vocablo árabe Nasara (los que ayudan, dan la victoria o salvan), se aplica actualmente a todos los nativos de la ciudad de Nazaret (نصارة) y  hace referencia en los contextos coránico y bíblico a los seguidores del mensaje de Jesús, quién también fue conocido como Jesús de Nazaret o el Nazareno (Hechos de los Apóstoles 10:38 y Mateo 2:23). Rama unitarista del cristianismo que se opuso al planteamiento paulino de la trinidad sobre el cual Constantino I fundamentó el catolicismo apostólico romano durante el I Concilio de Nicea (325 D.C) (Hechos de los Apóstoles 24:5). En lengua moderna se considera sinónimo de cristiano, seguidor del Cristo (ver nota al pie 27). Cabe destacar que los textos en los que se menciona a los nazareos (ver nota 19) son de origen hebreo mientras aquellos en los que se habla del Nazareno (Nazoreo) en referencia a Jesús o de los nazarenos, en relación a sus seguidores, simplemente como oriundos de la ciudad de Nazaret, son de origen griego por lo que se considera la probabilidad de que la forma correcta sea Jesús el Nazareo (según la forma hebrea) y no el Nazoreo (según la forma griega).     

[17] El término árabe utilizado en el Noble Corán es Qisisiín, plural de Qusus, que proviene de la raíz Qassa, puede entenderse en este contexto como pastor espiritual es decir, quien guarda, guía y apacienta (que da pasto espiritual, instruye o enseña) el rebaño de Al-lah (la humanidad), tal  como lo dice Jesús (Juan 10:11),  aunque algunos autores utilizan el vocablo sacerdote (hombre dedicado y consagrado a hacer, celebrar y ofrecer sacrificios) el cual no posee correspondencia exacta dentro del estricto significado lingüístico.     

[18] Ruhban, que proviene de la raíz árabe Rahiba, puede ser entendido como hombres temerosos que se dedican a la veneración o culto al Creador, pero no se refiere al monacato (proveniente del latín Monáchus, que a su vez se deriva del griego Monacoj)  que posee la connotación de solitario o anacoreta, ni al ascetismo (del latín Asceta y este a su vez del griego Askeo) que hace referencia a la práctica de suprimir los deseos físicos y psicológicos a fin de conseguir la excelencia, la cual tuvo su origen con los grandes atletas de la antigua Grecia, quienes buscaban la prominencia física, fue adaptado por los sofistas que perseguían la superioridad intelectual y por los seguidores del estoicismo quienes anhelaban el total control de las emociones a través de la razón. Tanto el ascetismo, como el monacato y la Rahiba poseen métodos y fines claramente diferenciables: por una parte el objetivo del ascetismo es el enaltecimiento del “ego y del “ello” humanos a diferencias de los restantes que persiguen el del Ser Supremo, mientras que en cuanto al método, el monacato lleva la práctica del entrenamiento asceta al extremo de abandonar sus deberes para con este mundo, lo cual contradice los principios de la Rahiba. Cabe destacar que dentro de la tradición judeo-cristiana se hace mención a un grupo de hombres judíos piadosos que acostumbraban a hacer retiros durante determinadas temporadas del año para consagrarse a sus actos de devoción, eran conocidos como los nazareos (del hebreo nazar) dado el voto de abstinencia al que se sometían durante su nazareato (tiempo de retiro) (Números 6: 1-21).

[19] Antiguo pueblo etíope cuyos pobladores fueron descendientes de los sabeos yemeníes (ver nota al pie 40).   

[20] Ibídem al 7

[21] También conocido como Ashma bin Al-Abshar, Rey de Abisinia.

[22] El Mensaje y el Maravilloso son epítetos del Corán.

[23] Quien distingue la verdad de la falsedad,  Epíteto con el que fue conocido Omar bin Al-Khattab.

[24] Las escrituras entregadas a Moisés, Noé, David, Jesús y Muhammad.

[25] Conocido también como Cosroes (Khosrow) el Victorioso. Rey de Persia que gobernó entre el 560 y el 628 d.C. 

[26] El imperio bizantino, que nace a partir de finales del siglo V d.C., correspondió a la parte oriental del imperio romano, construido sobre los vestigios de la militarmente derrotada pero intelectual y culturalmente dominante Grecia. Para aquel entonces el corazón intelectual del imperio se encontraba situado en la ciudad de Alejandría, donde gran número de pensadores recibieron con beneplácito el mensaje del Profeta Jesús sin que para ellos representase conflicto alguno con sus ideas. Platón dijo: “Nunca se podrán encontrar Dios y el hombre”, Celso se reía de la manera como los seguidores del trinitarismo llamaban a Dios “Padre”, porque “Dios está más allá de todo” según Apuleyo, “Como mucho la humanidad puede percibir un vislumbre de Dios como cuando resplandece un relámpago en una noche oscura: una fracción de segundo y otra vez la oscuridad” Glover afirmó que “Fuera Dios lo que fuera, estaba muy fuera del alcance de la gente normal y corriente... Tal vez hubiera rarísimos momentos de éxtasis en los que alguien captaba un atisbo del que llamaban «el Ser Absoluto»; pero las personas ordinarias eran prisioneras de la ignorancia y de la fantasía”. El amplio grupo de intelectuales que abrazaron el cristianismo verdadero sentaron las bases de las diferentes corrientes cristológicas que apoyaban la idea del estricto monoteísmo y la unicidad de Dios, las cuales fueron declaradas como doctrinas herejes al crearse la institución clerical romana bajo la poderosa influencia de la Roma Oriental, causando persecución y asesinato de gran numero de sus exponentes y sus seguidores, mientras que quienes sobrevivieron abrazaron de forma inmediata el islam o buscaron protección dentro de sus territorios.        

[27] Heraclio, Emperador de Bizancio, profesaba públicamente la fe cristiana tal y como había sido adoptada de manera oficial por el imperio, sin embargo dado su origen (armenio) y sus cercanos nexos con la élite intelectual alejandrina poseía una fuerte inclinación hacia el estricto monoteísmo propio de las primeras comunidades cristianas y por ende hacia el mensaje del Islam.   

[28] Ibídem al 7.

[29] La Santa Biblia (Versión Reina Varela). Evangelio según San Juan, capítulo 17, versículo 3.

[30] El termino Cristo proviene del latín christus y este a su vez del griego cristõj que significa el ungido, equivalente al vocablo árabe mesij.

[31]  La Santa Biblia (Versión Reina Varela). Evangelio según San Lucas, capítulo 4, versículo 8.

[32] Ibídem al 7.

[33] La Santa Biblia (Versión Reina Varela). Evangelio según San Marcos (13-32) y según San Mateo (24:36).

[34] El vocablo griego pat-air’(πατήρ) en esta expresión posee el significado de Señor o Ser Superior, más que el de padre en el sentido literal.

[35] Uno de los 99 epítetos o atributos con los que es mencionado Al-lah en el Corán.

[36] Ver nota al pie 19